Nombre botánico: Prunus cesarifera

“Para aquellos que temen estallar y perder el control.”

Es la 6ta esencia del sistema de Flores de Bach, De la familia de las rosáceas (Rosaceae), esta planta se reconoce fácilmente porque es el primer árbol que florece a finales del invierno, cuando aún hace algo de frío, y por lo tanto destaca entre los demás con sus delicadas flores blancas o rosáceas. Tiene un fruto carnoso, y suele recibir el nombre de ciruela silvestre. Sin embargo, su fruto es duro y contiene una pepita venenosa.

Es el remedio adecuado para las personas que necesitan equilibrar el estrés y aligerar el peso de las presiones, evitando la pérdida de control en los propios actos. Cherry Plum (Cerasífera) es una flor para el miedo a perder el control, pensamientos irracionales persistentes, histeria, para la incontinencia nocturna.

Esta flor representa todo lo que reprimimos de nosotros mismos y que no queremos que se manifieste en nuestras vidas. La persona en estado Cherry Plum tiende a reprimirlo y a controlarlo. Pero el efecto rebote es que cuando menos se lo esperan, o sea cuando bajan la guardia “explotan” y entonces pierden el control sobre sí mismos.

No obstante, el hecho de que a veces se descontrolen es un aviso de que algo en su interior no está en armonía como debería de ser, y dado que no quieren verlo, su cuerpo lo hace ver mediante un descontrol del sistema nervioso: ataques de ira, gritos, tics nerviosos, represión, temblores, descontrol de esfínteres, También puede presentarse mediante un descontrol hormonal: problemas menstruales, o incluso mediante un descontrol celular como puede ser el cáncer.

Muchas veces la tensión que vive la persona en este estado, nos da una apariencia de persona calma, sosegada, que lo tiene todo bajo control. Pero incluso bajo esta apariencia, la persona se siente tensa y rígida, con la sensación de que en cualquier momento “puede explotar como una bombona de butano”.

La persona es consciente que, bajo este estado de autocontrol, puede acabar surgiendo de sí mismo una persona con tendencia a la agresión, intimidación o asesinato. O incluso la posibilidad de auto agredirse a sí mismo. Conllevando en algunos casos incluso a patologías psiquiátricas tales como la psicosis. Este estado a veces lo definen como que “tienen miedo a volverse locos”.

En niños este estado es muy visible ya que los ataques de ira y de tirarse al suelo suelen repetirse muy a menudo, y por cualquier circunstancia no comprensible. Por lo que ante una situación así es muy aconsejable llevar al niño a un terapeuta, ya que en uno de esos ataques podría llegar a dañarse.

En adultos la agresividad contenida puede manifestarse exteriormente como una autoagresión con ataques de psoriasis, eczemas, o como decía una alumna mía “el típico adolescente que ante el acné juvenil, aún sabiendo que le irá mal para su piel, continua apretando sus granos una y otra vez, a pesar de ver que su piel se está poniendo roja”.

Pertenece a los 19 restantes de Bach y está en el grupo I, de los miedos.

Palabras clave: Miedo a perder el control, miedo a volverse loco, miedo a hacer cosas terribles.

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