crianza holistica de cachorros

En estos momentos en que cada vez más personas están integrando cachorros para formar parte de la
familia, comprometiéndose plenamente con sus necesidades tanto físicas como emocionales, es un
desafío para médicos veterinarios y criadores el poder proporcionar cachorros emocionalmente estables
y conductualmente aptos para la vida social de la familia moderna.

También estas personas buscan amigos para toda la vida, que gocen de buena salud y sus expectativas
de vida sean las máximas posibles considerando una calidad de vida aceptable. Es así como es cada
vez más frecuente y consistente para los médicos veterinarios el atender pacientes que superan los 15
años, llegando incluso a bordear su segunda década, cuyos dueños están interesados en mantener la
salud de sus mascotas en el mejor estado posible, buscando asesoría de especialistas y costeando
exámenes de rutina y control y tratamientos de por vida, como en pacientes cardiópatas, hepatópatas y
epilépticos, entre otros.

La Medicina Holística, al ser primordialmente preventiva, brinda una plataforma ideal para lograr una vida
larga y feliz desde la cuna a la ancianidad a nuestros pacientes, ya sea caminen, vuelen o naden.
También el aplicar programas de estimulación neurológica precoz y generar un ambiente ideal para que
el cachorro sea emocionalmente más estable y controlado, así como favorecer las habilidades de
aprendizaje incluso ya desde la lactancia, permite que estos cachorros crezcan más sanos conductual y
emocionalmente.

El antiguo concepto de que un animal sano es un animal feliz ha cambiado al punto de comprobarse que
un animal que esté emocionalmente estable y en armonía con su medio, o sea, que esté feliz, va a ser
un paciente con menor riesgo de enfermar ya que su sistema inmunológico va a ser más fuerte.
Recientes estudios en una rama de la ciencia llamada Psiconeuroinmunoendocrinología avalan este
precepto, donde nuestro estado emocional determina la predisposición a ciertos tipos de desbalances
metabólicos y endocrinológicos.

En relación al tema que nos convoca, el proporcionar las condiciones adecuadas a la futura madre,
permitirá un óptimo desarrollo emocional y físico de los cachorros.

Fase prenatal

Holísticamente podemos apoyar a la madre incluso desde la ovulación, pasando por la concepción,
gestación, parto y lactancia.
Remedios homeopáticos como Pulsatilla y Sepia, así como Esencias Florales como Vine, Walnut y
Cherry Plum pueden ser muy útiles estimulando la ovulación si queremos tener una camada numerosa.
La gestación es una etapa muy importante que influye en la conducta del cachorro. La madre debe llevar
una preñez libre de stress, tanto físico como emocional.
Como stress físico podemos mencionar la nutrición, ya que, si ésta es de mala calidad o insuficiente, la
madre usa sus reservas para que los fetos crezcan y se desarrollen en el útero. Bajo estas inadecuadas
condiciones nutricionales, el parto puede ser prolongado y doloroso, observándose sufrimiento fetal,
distocia e incluso llegar a cesárea. Los cachorros nacen débiles y con inmadurez neurológica, y la leche
de la madre es deficiente en nutrientes pudiendo incluso presentar agalactia. Los cachorros compiten por
las mamas inguinales, sobreviviendo el más fuerte, lo que continúa generando un stress emocional post
parto, en una etapa que tiene que vivir el cachorro ’entre algodones’.

Lo ideal es que la madre reciba una alimentación de óptima calidad durante este período, ya sea una
dieta casera o alimento super premium para cachorros o especialmente formulado para hembras
gestantes. Es importante analizar tanto los ingredientes como la composión porcentual de
macronutrientes en relación al aporte calórico, siendo que idelamente el 75% debe provenir de proteínas
y grasas saludables y el 25% o menos de carbohidratos en perros, y en gatos el 90% debe provenir de
proteínas de origen animal y grasas saludables y un máximo del 10% de carbohidratos que debe
corresponder principalmente a fibra insoluble en gatos.

También es necesario evitar todo tipo de stress emocional o ambiental. La futura mamá debe sentir que
su hogar está libre de amenazas y que es querida y regaloneada. Friccionar sus orejas con aceite
esencial de Lavanda diluido en aceite de almendra y masajear en círculos (TTouch) su cada día más
prominente barriga, son bastante reconfortantes para ella y los fetitos, que perciben lo que su madre
siente. También se pueden dar Flores de Bach, como Walnut, Star of Bethlehem, Heather, Mariposa Lily
y Evening Primrose entre otras.

El hablarle suavemente a la hembra gestante, incluso el colocar una música suave, a la vez que se
realiza TTouch en el abdomen de la madre mientras se dice a los cachorros que es lo que se espera de
ellos o como uno quiere que se comporten ha sido bastante efectivo en mi experiencia. Tanto el tacto
como el olfato están lo suficientemente desarrollados para asegurar la subsistencia de los cachorros
mamíferos. Por ello ya es esta tan temprana etapa, se les puede estimular y generar una imprintación del
contacto humano, aprendiendo a dar y recibir Amor, siendo suaves y relajados.

En cambio, si la mamá está en un ambiente donde hay otros perros que son hostiles con ella, tiene que
competir por su comida y cobijo, hace frio o excesivo calor, le gritan o, peor aún, es castigada, es
mantenida encerrada en un cuarto o jaula, etc., obviamente, su nivel de ansiedad será muy alto, lo que
repercute directamente en sus futuros hijos. Pudiendo estos ser más ansiosos, hiperactivos o agresivos,
algo que vemos con frecuencia en cachorros provenientes de criaderos comerciales, cuyas madres son
aisladas socialmente de otros congéneres y seres humanos, y que además sus niveles de stress tanto
físico como emocional son bastante altos. Y que para peor carecen de la contención emocional
indispensable en esta tan importante etapa de la vida. Este caso también se da en perros de refugio o
rescatados de la calle, donde debiera realizarse un programa de estabilización emocional realizada por
un médico veterinario especializado en etología veterinaria (psiquiatra canino) antes de entregar estos
cachorros en adopción. Se ve con frecuencia que perros y gatos mestizos presentan mas problemas de
salud física y psicoemocional que mascotas nacidas en casas o en criaderos de raza, a pesar de la
predisposición de estas a presentar enfermedades típicas de la raza. Aquí juega un rol importante la
epigenética.

El Parto

El parto es un momento maravilloso, a pesar de la incomodidad. El parto ocurre en un sitio elegido por la
hembra, pero si éste es poco higiénico, como un hoyo en la tierra, es aconsejable acostumbrarla durante
la semana previa al parto a un lugar adecuado: seco, limpio, temperado, alejado del ruido y otras
personas y animales.
Es conveniente que la hembra esté tranquila y en un ambiente íntimo ya que lo contrario puede llevar a
distocia, arriesgando la vida de los cachorritos y terminar en cesárea. La madre puede ser asistida
dándole masajes TTouch en su abdomen, hablándole suavemente, secando los cachorros y
orientándolos hacia las mamas para que éstos inmediatamente ingieran calostro.
Remedios homeopáticos como Caulophylun y Pulsatilla son importantes de considerar en un parto
normal. Si el parto se torna doloroso, se puede usar Chamomilla. Esencias florales como Rescue
Remedy, Vervain, Impatients y Chicory pueden ayudar a calmar a la hembra, estimular contracciones y
disminuir el dolor. Otras esencias florales son muy importantes de considerar en casos de partos largos
que llevan a un agotamiento de la madre. Entre estas Olive, Oak y Hornbeam. La estimulación de puntos
de acupuntura ya sea con aguja seca o moxa, incluso el masaje o digitopresión de éstos puede ser
efectiva. Puntos como GV20, SP6, ST36, BL67, BL60, entre los más usados.

Los cachorros pueden ser estimulados a respirar normalmente y a mamar usando Rescue Remedy, así
como moxar o masajear KI1, que se ubica bajo el cojinete plantar del pie.

Fase postnatal

En esta etapa los cachorros se guían principalmente por el tacto y el sentido del gusto, su olfato está
medianamente desarrollado, son ciegos y sordos, no tienen dientes, son completamente indefensos.
Dependen exclusivamente del cariño y cuidados de mamá, y ella lo sabe, por ello casi no se separa de
ellos, y es natural que se muestre muy desconfiada cuando se acercan a sus bebés. Los masajes
(TTouch) y la aromaterapia tienen un efecto muy positivo en este período, junto con algunas flores de
Bach y música suave.

Si la madre se siente tensionada por el ambiente puede desarrollar cierta agresividad hacia las personas
(considerar Sepia, Natrium muriaticum, Holly, Mariposa Lily), incluso de la familia, pudiendo llegar a
desatender a sus cachorros, o incluso dejar de producir leche (Pulsatilla, Heather, Evening Primrose).
Este nivel de ansiedad es percibido por los cachorros, haciéndolos emocionalmente más vulnerables a
cualquier estímulo desconocido o amenazante durante su crecimiento.
Durante las dos primeras semanas los cachorros reciben un refuerzo constante de la madre, al estar
siempre disponible para alimentarlos, lamerlos y mantenerlos abrigados y limpios. Durante este período
el cachorro, ciego y sordo duerme por largos períodos.
Entre los 10 y los 15 días de edad se abren sus ojos y oídos, comienzan a percibir nuevas sensaciones
del mundo que los rodea, aunque su desarrollo motriz y sensorial es pobre aún. Ven y escuchan por
primera vez a su madre y hermanos, y también a los humanos. Comienzas sus primeras interacciones
sociales, de hecho este período intermedio es conductual y emocionalmente muy importante. Ya se les
puede condicionar la voz suave con cariño y TTouch. En esta temprana etapa de sus vidas, esencias
florales como Chestnud Bud, Larch, Mimulus, Cosmos, Water Violet y Rescue Remedy mejorarán sus
capacidades de aprendizaje, de interacción social y autoconfianza.

Luego, a las 3 semanas aparecen sus primeros dientes, los colmillos. Conductualmente hablando, esta
es una etapa muy importante, ya que el cachorro recibe sus primeras lecciones de sociabilización
(vínculos) y control emocional (emociones), y que termina aproximadamente entre las 10 – 12 semanas,
por ello no es conveniente separarlos de la madre hasta los 2,5 meses de edad.
En este período mejora su capacidad para moverse y explorar por su cuenta, se inician los primeros
juegos, comienzan a ingerir alimento semisólido que la madre regurgita para ellos, o que son
suplementado por los dueños, dentro del esquema de una dieta de transición para ya a las 8 semanas
están comiendo pellet seco o remojado.
En esta etapa reconocen la voz humana como tal, y ya pueden comenzar a asociar ciertas palabras con
actitudes, cómo atender a sus nombres, entre otros. El condicionamiento operante con refuerzo positivo
(cariño, voz suave, tomarlos en brazos) es muy útil a esta edad, y ya sienta las bases para el aprendizaje
futuro. Es así como un cachorro ya de 40 días puede haber aprendido su nombre, atendiendo al llamado,
a sentarse, e incluso a dar la mano. Al menos esa ha sido mi experiencia aplicando estos principios en la
crianza de cachorros dóberman el año 2006. La más longeva de mis bebés doberman vivió 16 años!
Sorprendentemente, se puede decir que aplicar estas normas tan simples aprendizaje ya condiciona sus
jóvenes mentes a ser obedientes, controlados y sociables.
A la edad de dos meses ya detienen una conducta si ésta es inapropiada, por ejemplo, romper plantas o
los muebles, etc. También saben usar el papel diario para hacer sus necesidades fisiológicas. Se puede
condicionar la palabra ‘busca’ a encontrar pellets en el suelo.

Sus cerebros ya han sido ‘cableados’ para aprender y sus emociones moduladas para ser obedientes y
tranquilos. Además, al criarse en tan estrecho contacto con las personas, crean lazos fuertes de
compañerismo y lealtad.
A esta edad el juego social entre los cachorros tiene un rol importante en el aprendizaje del lenguaje no
verbal canino. Así ellos reconocen las distintas señales sociales de sus congéneres, capacitándolos
adecuadamente para establecer una comunicación sana ya que los cachorros también dan las señales
sociales correctas.
Los cachorros también se muerden durante el juego, cuando el mordisco es muy vigoroso, y el cachorro
mordido siente dolor, inmediatamente emite un grito de disconfort y el juego se detiene. Así, el cachorro
aprende a controlar su mordida y a la larga sus impulsos agresivos. Cuando los cachorros son
destetados antes de vivir este proceso de aprendizaje, y no son suficientemente controlados y educados
por los amos, comienzan mordiendo las manos de estos como parte de la interacción, pero luego esta
conducta se autorefuerza y ya en la pubertad la mordedura se hace más fuerte y persistente, llegando a
morder causando lesiones a las personas, incluyendo los propios amos, y a otros animales.
Por ello es muy importante tener en cuenta que no hay que permitir a un cachorro que nos muerda las
manos jugando. Cuando el cachorro intenta morder al jugar, es bueno pasarle un juguete que si pueda
mascar, debe saber desde pequeño que la mano y su boca no interactúan de esa manera.
En este período de aprendizaje, esencias como Chestnut Bud, Impatients, Clematis, Cerato, Vine, son
útiles para mejorar su concentración y aprendizaje de hábitos y normas sociales de convivencia.
Una señal de apaciguamiento es el lamido de los bordes labiales de la madre, que, en las especies
silvestres, induce la regurgitación de alimento.

En este período, la madre se va desapegando lentamente de ellos, ya no está todo el tiempo disponible
como una fuente de alimento y protección. El cachorro llora por comida, pero su madre no le permite
mamar cuando lo desee, le está enseñando pautas de control emocional, así el cachorro aprende a
frustrarse. De esta forma, el cachorro aprende a esperar su turno, ya no es pedir y obtener, se le está
‘rayando la cancha’ (igual que en los niños).
El destete es un período crucial para el cachorro, ya que deja su ambiente emocional, social y físico
conocido, para adaptarse a un nuevo hogar. Esencias florales como Walnut, Honeysuckle, Star of
Bethlehem, Mimulus, pueden ser de gran ayuda tanto para cachorros como personas.
Un error que se comete muy frecuentemente al llevar un cachorro a casa es ponerse a la merced del
pequeño nuevo habitante: su plato siempre está lleno, está en brazos todo el día, le permiten orinarse
donde quiera, si no quiere comer cierta comida se le da sólo lo que a él le guste, etc. Como resultado,
tenemos un pequeño mimado caprichoso, que al primer no: muerde, hace alguna maldad, se adueña de
un sofá y no permite que nadie se siente en él, y cuando hay que vacunarlo, controlarlo o peinarlo,
desarrollando una conducta agresiva.
Esto sucede debido a la creencia popular que mientras más pequeño se lleve el cachorro a casa, se le
puede enseñar como el dueño quiera. Esto es no sólo falso, sino que paradójico, sólo la madre sabe
como y que enseñarle. Por ello es recomendable que el nuevo miembro tenga más de dos meses de
edad, y en gatos y razas toy y pequeñas (poodle, maltés, yorkie, chihuahua, etc.), ojalá 3 meses. Es
increíble ver como perritos de apenas 2 kilos ‘dominen’ a pensantes adultos!!.
En esta etapa de sociabilización también es importante la interacción con otros animales, que los
reconozca y acepte. De hecho, es recomendable llevar al cachorro a jugar con otros perros, de otras
edades y razas inclusive, con la condición que sea en una casa donde el otro amigo esté debidamente
vacunado, desparasitado y controlado. No es bueno sacar a un cachorro a pasear a la calle o a las
plazas hasta que tenga todas sus vacunas (5 – 6 meses de edad), por el riego de contraer alguna
enfermedad viral, que puede ser fatal.

Es una buena idea organizar puppy clases, las que en otros países son más comunes, donde se reúnen
cachorros menores de 4 meses en un lugar adecuado para jugar y conocer otras formas, tamaños,
colores y diferentes ‘looks’ de cachorros. Además, se les enseñan algunas ideas básicas de
adiestramiento y es posible detener en forma temprana cualquier vicio conductual.
También es bueno que en este período aprendan a reconocer distintos ‘tipos’ de humanos: niños,
mujeres, mujeres embarazadas, hombres con barba, adolescentes, ancianos, hombres altos, bajos, etc.,
ya que en este momento aceptan todo como parte integrante de su mundo, y lo que no vieron de
cachorro, les puede parecer amenazador de adulto. Por ello es que muchas veces exhiben una conducta
agresiva hacia ciertos tipos de animales o de personas desconocidas, como los niños o los bebés. De
hecho, es bueno familiarizar a nuestra mascota con niños pequeños y guaguas antes del nacimiento de
nuestro propio bebé, ya que muchas veces se confunden los mal denominados celos, con una reacción
de pánico frente a un ser desconocido que llora y ‘probablemente sea peligroso’.
En esta etapa de socialización hay esencias florales que pueden ser de mucha utilidad; Mimulus, Lach y
Rock Rose, para aquellos cachorros tímidos, Centaury para sumisos y abusados, Vine y Chicory para los
abusadores, Wild Rose para los que prefieren estar solos, entre otras.
Del mismo modo, es necesario enseñar a los niños cómo tratar de forma humana y responsable a un
cachorro, que la mascota no es un juguete y que hay que respetarlo. En este período las experiencias
traumáticas pueden desociabilizar a un animalito, y transformarlo en un ser agresivo y/o temeroso de
todos o de cierto tipo de persona.

Después de los 3 meses, se inicia un período de en que el cachorro explora el mundo externo y aprende
de él, los lazos de amor ya se han formado y sus respuestas emocionales ya están determinadas,
aunque estas últimas son moduladas y moldeadas por esta nueva interacción con el ambiente.
Algunas recomendaciones para el nuevo propietario para llevar nuestra nueva mascota a casa:

  1. Primero que nada, asesorarse bien al elegir una raza o tipo de mascota determinada. Teniendo
    presente su estilo de vida, el tiempo que Ud. dispone para dedicarle, sus hábitos y preferencias
    (vida sedentaria o mucho tiempo al aire libre), si tiene niños pequeños o más grandes, incluso si
    está a punto de ser madre o padre. Luego, con todo esto presente, busque una raza que se
    acomode a este estilo de vida, converse con varias personas que tengan una mascota como la
    que Ud. quiere, mientras más opiniones, mejor. Siempre hay variaciones muy marcadas dentro
    de una misma raza. La opinión veterinaria es invaluable, ya que puede informarle de primera
    fuente acerca de los problemas más comunes de salud de determinada raza y expectativas de
    vida, su conducta adulta, y esta información puede ayudarle en la elección. También puede
    buscar información en libros o por Internet. Nunca compre en forma impulsiva o por que una raza
    esté de moda. Llévele a sus niños una sorpresa, ellos son muy emotivos a la hora de elegir.
  1. Es muy importante fijarse en el lugar donde nació y creció el cachorro. Busque siempre
    cachorros criados en casas de familia que estén con su mamá hasta el momento de llevarlos a
    su nuevo hogar y cerciórese que hayan sido adecuadamente alimentados. También vea bien el
    tipo de ambiente en que se desarrolló su futuro cachorro: que haya estado en un patio lleno de
    estímulos como plantas, pasto, juguetes, y que no haya pasado su vida en un lavadero o en un
    patio oscuro y frio. La estimulación del cachorro desde su primer día de vida es crucial, ya que lo
    prepara para enfrentar emocionalmente distintos desafíos de forma equilibrada.
  2. También es recomendable visitar al cachorro varias veces antes de llevarlo a casa, así el
    cachorrito se comienza a encariñar con su nueva familia y a aprender que es lo que se quiere de
    él. También uno empieza a conocer mejor al nuevo integrante y a la madre, para hacerse una
    idea del tipo de perro que será cuando grande. Tenga paciencia y permita que el cachorro
    permanezca con su madre hasta el momento adecuado del destete, al menos hasta las 9
    semanas de edad
  1. Disponer de un lugar tibio y abrigado para el cachorro. En lo posible llevar algún pedazo de tela
    que tenga el olor de su madre y hermanos, junto con alguna prenda vieja que nos pertenezca y
    que lleve nuestro olor. Si es invierno, es mejor que el cachorro quede dentro de casa o en un
    sitio tibio. Si deseamos que el cachorro comparta nuestra habitación, dejarlo lo más cerca de
    uno. Si llora por subirse a la cama, es recomendable acariciarlo y jugar con él antes de
    acomodarlo con uno, recuerde que siempre la interacción la debe iniciar el dueño, el cachorro
    debe sentir que la decisión fue nuestra y no exigida por él. Si no deseamos que el cachorro
    comparta nuestra cama: acariciarlo y hacerle un masaje para que se duerma; también el viejo
    truco del reloj tic-tac es bastante eficiente.
  2. Ningún animal hace sus necesidades en el lugar donde come o duerme, por ello, si disponemos
    de un diario o una caja con arena sanitaria para este efecto, es aconsejable ubicarla a algunos
    pasos de distancia de su ‘dormitorio y comedor’. Los cachorros pequeños duermen bastantes
    horas al día, y despiertan por la necesidad de orinar o de comer, por ello, una vez que se
    despierte, es bueno que lo acerquen al lugar destinado como baño; del mismo modo, cada vez
    que coma, es probable que defeque a los pocos minutos. Cuando el cachorro está buscando un
    lugar para evacuar, olfatea con mucho interés, usualmente se da unas vueltas y evacuan. Por
    ello, cuando vean al cachorro en esta actitud, se le toma suavemente en brazos llevándolo al
    lugar adecuado, esperar que haga sus necesidades, jugar un rato con él y felicitarlo si lo hizo en
    el lugar correcto. Lo ideal para un adecuado entrenamiento sanitario es prever lo que hará el
    cachorro, y no castigarlo, ni frotar su nariz en sus suciedades. Cuando al cachorro se lo saca al
    patio para tales efectos, o a pasear (ya más grande), es bueno jugar con él después de que halla
    evacuado, ya que muchas veces asocian que cada vez que hacen sus necesidades, son
    llevados de vuelta a casa y ‘encerrados’ de nuevo, y tienden a aguantarse y no hacer durante los
    paseos, para que estos sean más largos, y evacuan en casa (o en el departamento).
  3. El cachorro debe disponer de sus propios juguetes, y, al igual que los niños, ir rotándolos para
    que se sienta motivado con cada ‘nuevo’ juguete. No hay que pasarle zapatos viejos o ropa que
    ya no usemos, porque él no podrá discernir entre lo suyo y lo tuyo, todo tiene el mismo olor.
    Cuando veamos al cachorro mordiendo algo que no debe, como la pata de una silla, las
    protecciones del auto, cojines, etc, hay que indicarle que eso no se debe y pasarle un juguete
    ‘nuevo’, felicitándolo cuando comience a jugar con él. Si tiene fijación por algo prohibido, se
    puede cambiar de lugar ese objeto, haciéndolo inalcanzable, aplicar repelente (junto con pasta
    de zapatos funciona bastante bien en los muebles), distraerlo antes que inicie la secuencia de
    destrucción, y evitar su acceso a ese lugar sin una vigilancia adecuada. Estás técnicas también
    son válidas cuando el cachorro elige un lugar inadecuado como baño, donde además, se pueden
    usar bloqueadores de olor libres de amoniaco.
  4. El cachorro es una máquina de tragar, por ello hay que tener cuidado con los juguetes chicos, las
    bolitas de vidrio, los pinches, colets, elásticos, pulseras, anillos, globos, chupetes, medias, y todo
    lo que se pueda llevar a la boca, tragarlo y causar una obstrucción intestinal. Los juguetes más
    adecuados son pelotas, peluches y monitos de plástico más grandes que su boca, una botella
    desechable sin tapa, con pellets en su interior los mantiene ocupados bastante tiempo. También
    juguetes interactivos como el Buster Cube o el Kong, que se rellenan con alimento, captan el
    interés del cachorro quien trata de sacar de su interior tan deliciosa recompensa.
  5. Los cachorros sienten especial fascinación por las plantas, y es casi inevitable que hagan hoyos
    o rompan algunas macetas. En ese caso trate dentro de lo posible de dejar las plantas fuera de
    su alcance y poner algún tipo de cerca para que el cachorro no pueda llegar al lugar con plantas.
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#Flores de Bach

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