Los chacras  son centros de actividad, receptores, asimiladores y además transmisores de las energías vitales que existen simultáneamente en muchas dimensiones y por ello son puertas de acceso a otras dimensiones. Se considera que existen cuatro centros vitales sobre el diafragma y tres debajo de éste

La palabra chacra proviene del sánscrito y significa  rueda o disco.  Descrito como un remolino que gira, un chacra es un punto de intersección entre varios planos.  Comunmete se habla de siete centros básicos de energía localizados en lo que suele llamarse el cuerpo sutil, el cuerpo psíquico superpuesto a nuestro organismo físico es decir, que corresponde a la parte más espiritual de nuestro ser.  Tenemos experiencia de él a través de nuestros pensamientos y sentimientos; puede medirse como un campo de fuerzas electromagnéticas cuya presencia se halla dentro y alrededor de todas las criaturas vivientes.

Cada chacra representa su propia dimensión y se relaciona con un conjunto de funciones emocionales, mentales y fisiológicas.

En el plano físico, los chacras guardan correspondencia con los plexos nerviosos, donde se registra una intensa actividad y también con las glándulas del sistema endocrino, aunque no son sinónimos de ninguna estructura del cuerpo físico, como tampoco el aura forma parte del cuerpo físico, sino que se superpone a él.  Sin embargo, sus efectos sobre el cuerpo físico son intensos.

La configuración y el contenido de los chacras se forman en su mayor parte por las pautas repetidas de nuestros actos en la vida cotidiana. Los chacras están inseparablemente relacionados. Un bloqueo en el funcionamiento de cualquiera de ellos puede afectar a las actividades de los que le preceden o le siguen.

Toman la energía del campo universal y lo transforman de acuerdo a su energía específica para el cuerpo físico. Cada chacra tiene una ubicación en el organismo.