Cualidades positivas: Conciencia esencial que libera aquello que es ajeno, “vacuidad” receptiva que capacita para la transformación y el cambio.
Patrones de desequilibrio: Una identificación excesiva con partes ilusorias de uno mismo; apegos arracimados y caóticos; necesidad de liberar los aspectos no funcionales y sofocantes, tanto en la personalidad como en el entorno.