Promueve una paz profunda para quienes viven con enfermedades que limitan la vida, ya sea en el hogar, en una casa de cuidados o en un hospital.
* Concentración del alma y paz interior durante un tiempo de disolución y partida.
* Ir más allá del miedo primordial a la muerte al aprender a identificar una realidad espiritual trascendente dentro del alma.
* Aceptar el corazón roto y el dolor del proceso de morir al aprender a abrazar nuevos niveles de conexión del corazón y conciencia.