Las sagradas flores energetizadas Divinamente, nos llegan en este tiempo, para redimirnos, purificarnos, protegernos y elevarnos a planos más elevados de consciencia. Ciertas flores nos están trayendo la Misericordia Divina a los que tenemos Fe, también, a los que no la tienen y la están pidiendo y para todos los que en el fondo de sus almas comienzan a sentir la falta de algo inexplicable, pero muy profundo.
Es un sentimiento de melancolía por algo que “no sé de que” y “no sé de dónde”. Esta añoranza y vaga recordación, que viene de lo más profundo de nuestro Ser, es el ansia de retorno a nuestro origen Cósmico Divino. Este inexplicable sentimiento nos indica que ha llegado el tiempo de prepararnos para el retorno de dónde venimos, después de haber cumplido los propósitos y las realizaciones de nuestra alma, aquí en la tierra. Pero debemos estar atentos, pues ese retorno, podrá ser solamente efectuado a través de nuestro propio esfuerzo, pero amparados por nuestro Yo Superior y por las esencias florales.
Nuestro Yo interno y las esencias florales tienen el poder de conducirnos a la misericordiosa y amorosa salida, el fin de nuestros sufrimientos por la curación de nuestra alma humana (cuerpos inferiores), condición básica para que continuemos subiendo nuestros peldaños en la larga jornada de la vuelta a la casa del Padre Celestial.