* Facilita la capacidad de mantener una presencia compasiva mientras uno ayuda a brindar atención práctica y apoyo emocional durante el viaje de la muerte.
* Ayuda a mantener un flujo constante de fuerzas energéticas a pesar del estrés del corazón y las exigencias físicas del cuidado de alguien que se está muriendo.
* Fomenta el cambio equilibrado de conciencia al que lo necesita, mientras mantiene un centro físico y psíquico saludable.
* Abre el corazón al sufrimiento de otro, mientras que al mismo tiempo cultiva la fuerza y solidez necesarias de las propias fuerzas del corazón.
* Ayuda a desarrollar la conciencia del testigo como un equilibrio para la heroica conciencia de poder arreglar y salvar a otro; conduce a la realización y aceptación de la muerte como un pasaje sagrado de la vida.