Esta Esencia Espiritual fue preparada en las prístinas e inmaculadas tierras de la Antártida y significó un viaje de cinco días de navegación a través del Paso Drake, una de las masas oceánicas más convulsas y traicioneras del planeta.

Para preparar esta esencia, utilicé como fuentes de agua, Icebergs Glaciales de más de 20.000 años de antigüedad.

Durante el proceso de elaboración de esta esencia, entré en un estado de paz y tranquilidad profundas, algo muy distinto a todo lo que había vivido hasta entonces en mi vida. Me sentí hondamente conmovido por el silencio ensordecedor, la asombrosa tranquilidad, la quietud e intensidad de los Elementos y la imponente presencia de la Naturaleza en todo el lugar.

La Antártida es, sin duda, un lugar prodigioso. Me sentí muy agradecido y enormemente privilegiado, no sólo de estar allí, sino de la posibilidad que me brindaba la vida, de elaborar y llevar al mundo esta Esencia Antártica.