Nombre botánico: Aesculus hippocastanum
Es la séptima esencia floral del sistema de Flores de Bach, la signatura de esta planta se trata de la yema del castaño de indias y surge generalmente a principios de abril. Nos enseña que tenemos una nueva oportunidad de aprender y crecer. Esta esencia no se prepara a partir de la flor, sino de las yemas abiertas del árbol. Del mismo modo que el ser humano explora sus potencialidades en el contexto de su propia vida si aprovecha su oportunidad de aprender.
La Flor de Bach Chestnut Bud, también conocida en español como Brote de Castaño fue preparada por primera vez en el año 1935, por el método de Ebullición. Proveniente del castaño de indias, el Dr. Bach la aconseja “parados que no aprovechan la observación y la experiencia, y a quienes cuesta más trabajo y tiempo que a otros aprender las lecciones de la vida cotidiana. Los individuos que tendrían que tomar Chestnut Bud no sólo son los que les cuesta desprenderse del pasado y aprender de nuevas experiencias, sino que también se les reconoce porque son torpes, poco pacientes y muy descuidados. Incluso, puede ser que sufran un déficit de atención, lo que explicaría el hecho de que no sean capaces de aprender de las lecciones que les da la vida.
Esta esencia es para las personas que no se dan cuenta de lo que pasa, no registran la vivencia, no aprenden la lección y tienden a repetirse. Adecuada para dificultades en el aprendizaje, en los niños, con la enseñanza en la escuela, y en la vida en el caso de los adultos. Tendencia a la repetición de errores. Puede ser por problemas de memoria.
Desde el punto de vista físico, puede ser beneficiosa en afecciones repetitivas sin causa (diarrea, colitis recurrente, espasmos intestinales), en retrasos de cualquier índole (mentales, en la dentición, en la adaptación a la pubertad) y a quienes se provocan accidentes a sí mismos. Pertenece a los 19 restantes y está en el grupo III, el de la Falta de interés en las circunstancias actuales.
La Flor de Bach Chestnut Bud dotará al individuo de la conciencia necesaria para tomar en consideración sus actuaciones y no volver a cometer, una y otra vez, los mismos errores del pasado. Así, la persona no sólo dejará de ser descuidada e impaciente, sino que, al estar atenta a todo lo que acontece a su alrededor, aprende de sus buenas y malas vivencias y es capaz de corregir aquello que ha realizado mal, derivando todo ello en una mayor sabiduría.
Palabras clave: Repetición de errores. No asimilación. No aprende de la experiencia.
AFIRMACIONES: Estoy atento al momento presente, me doy cuenta de lo que me rodea, y me responsabilizo de cada una de mis acciones. Aprendo de cada experiencia que mi vida me brinda para crecer y ganar en sabiduría, desarrollando mis potenciales.